Un cubo de basura, el anzuelo perfecto para un mapache

Son como ositos de peluche, se venden en las tiendas a diestro y siniestro, sin embargo, las apariencias engañan. En cuanto ponen en jaque con sus garras afiladas, rasgan las cortinas y rompen los jarrones de sus dueños, poco tiempo tardan éstos en poner al exótico animal de patitas en la calle. Una vez allí, no se conforman con estar en libertad, porque la belleza y la justicia no están unidas necesariamente a la bondad de los mapaches, sino más bien, todo lo contrario. Se trata de animales exóticos, agresivos y capaces de desplazar a otras especies autóctonas, para convertirse así, en los reyes del nuevo hábitat establecido por ellos mismos.

Los técnicos de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, llevan varias temporadas más o menos desde el 2003 tratando de hacerse con estos animales, aposentados sobre todo en el Parque Regional del Sureste de Madrid. Parece que los mapaches introducidos por desconocidos han conseguido prosperar en este espacio. Ante esta plaga, se utilizan en la actualidad diferentes sistemas para cazarlos, entre ellos el fototrampeo. Sin embargo, hay veces, que ellos mismos se meten en callejones sin salida y así facilitan el trabajo de manera natural.

Las noches en el barrio de Fuencarral-El Pardo suelen estar siempre tranquilas, pero la ley de Murphy es inquebrantable y si algo tiene la posibilidad de que ocurra antes o después, ¡estén tranquilos en sus butacas, ocurrirá sin que puedan frenarlo! Un mapache prefirió vagabundear por una urbanización de este distrito, que permanecer con el resto de la manada. La hora no es exacta pero lo que está claro es que las luces de las farolas estaban encendidas, y un vecino decidió dar cuenta del animal. Los trabajadores de SEVEMUR que andaban en otro aviso, se pusieron en contacto con el espontáneo y les dijo que era un mapache. Para asegurarse de que se trataba de este animal exótico, le pidieron una descripción. “claro que es un mapache, tiene antifaz” dijo el hombre para referirse al animal en cuestión. Sin más rodeos y desde el otro aviso, SEVEMUR fue directamente en busca de este exótico inquilino en la urbanización.

Los mapaches no sólo amenazan entre otros a ranas, galápagos, garzas y patos, sino que son incluso potencialmente peligrosos para el ser humano, pueden transmitir entre otras enfermedades la rabia, e infecciones que aún no siendo mortales, si son graves. Por ello, aunque los trabajadores de SEVEMUR estén bien preparados, nunca se sabe por dónde les puede salir la faena. Cuando SEVEMUR llegó, la destreza de los espontáneos de la urbanización ya se había puesto en marcha, pues, colocaron un cubo de basura abierto y el mapache como buen curioso, se metió él solito dentro. Así, los vecinos aprovecharon en el momento exacto para encerrarlo en el contenedor de basura. Cuando llegaron las dos veterinarias de SEVEMUR, se dirigieron con la red al cubo de basura y cazaron al papache. Una de ellas comentó que el animal parecía haber estado con humanos, pues se atrevió a acariciarlo sin recibir ninguna recompensa violenta.

Sin embargo, aunque estos animales parezcan muy monos y graciosillos, actualmente han dejado de ser un accidente aislado para ser denominados por las autoridades competentes como una invasión biológica. Esto es, la introducción de especies exóticas que llegan a adaptarse a un ecosistema y se convierten en una amenaza para los hábitats autóctonos. En Madrid se calcula la captura de 20 a 25 mapaches por temporada.

Rosae Martín Peña Rosae Matín Peña
SIC. VISAVET-UCM
Noelia Gil García Noelia Gil García
SEVEMUR. VISAVET-UCM

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