Es la primera vez que se les plantea un problema de este calibre, el cual, tendrán que solucionar de manera práctica al finalizar el curso.  Para ello han tenido la posibilidad de acceder a una realidad arquitectónica que seguramente pueda funcionar como fuente de inspiración para ellos, la de las instalaciones del Centro VISAVET de la Universidad Complutense. 

La actividad arrancó aproximadamente a las 13 horas en el Salón de Actos de la Facultad de Veterinaria de la UCM, donde Sonia Téllez, la responsable de docencia del centro VISAVET, explicó de manera resumida las actividades que se llevan a cabo en el centro, en relación con las instalaciones que se precisan para realizar cada actividad de una manera eficiente y segura. La explicación a modo resumido se centró sobre todo en las áreas de contención biológica 2 y 3, (BSL-2 y BSL-3). Sonia hizo especial hincapié en las puertas del BSL-3. Se trata de puertas estancas (como las de los submarinos) que sumado a la diferencia de presiones crea una barrera de contención que evita la salida de cualquier agente al exterior. 

Otra parte importante del Centro desde el punto de vista de sus requisitos en el plano arquitectónico y que por lo tanto, requiere de unos materiales específicos es el área clase A, caracterizado por ser el punto más limpio del centro y el destinado a la elaboración de vacunas. 

Por otro lado,  cabe destacar el modo en que se eliminan los residuos y el aire procedente del NCB3.  Y es que no sólo hay que tener en cuenta en un edificio de estas condiciones la salida del material, sino también el aire infectado. Para ello, tanto las entradas como las salidas están dotadas de unos filtros que se caracterizan por tener un tamaño de poro tan pequeño que impiden el paso de los agentes infecciosos, estos filtros absolutos se llaman HEPA.

Tras la visión algo más teórica del centro, los alumnos de arquitectura de la UPM pasaron a visitar las instalaciones divididos en grupos guiados por María Mazariegos, responsable de bioseguridad del Centro VISAVET.

La jornada concluyó con la visita a las instalaciones del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense