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August 1^st, 2001

Las Heras A., Vela AI., Reviriego FJ., de Juan L., Aranaz A., Mateos A., Montero N. and Dominguez L..

La tuberculosis bovina sigue siendo en nuestros días una de las patologías más preocupantes en Sanidad Animal tanto para la Administración, por los costes asociados a las Campañas de Saneamiento Ganadero, como para el sector productivo bovino, afectado fundamentalmente por las repercusiones económicas inherentes a las limitaciones de comercio ganadero y movimientos pecuarios. Inmerso en esta problemática se encuentra el veterinario clínico de las explotaciones, en ocasiones desbordado por las cuestiones planteadas por sus clientes. En este trabajo trataremos de despejar los aspectos claves ligados a las Campañas de Erradicación de la tuberculosis bovina, tanto desde un punto de vista legislativo como técnico.

Con el termino Tuberculosis bovina definimos una enfermedad infectocontagiosa, consuntiva, de curso crónico, caracaterizada por la formación de lesiones granulomatosas y que afecta a una gran variedad de especies animales tanto domésticas como salvajes. Esta enfermedad se encuentra dentro de la Lista B de la OIE (Oficina Internacional de Epizootías), es de declaración obligatoria y constituye una de las zoonosis históricas, en la que se ha invertido enormes recursos humanos y económicos con el fin de conseguir su erradicación. Sin embargo, y a pesar de ello, esta enfermedad sigue siendo una de las patologías que más preocupa tanto a la Administración, por los costes asociados a las Campañas de Saneamiento Ganadero, como al Sector Productivo bovino, afectado fundamentalmente por las cada vez mayores dificultades para la comercialización y el movimiento de productos y animales procedentes de los rebaños infectados.

Las campañas de erradicación de tuberculosis bovina en España se iniciaron en 1954, aunque limitadas a las provincias de Santander y Vizcaya (Cuezva, 1966). Tras más de cuarenta años de campaña la situación de esta infección en el ganado bovino ha mejorado notablemente descendiendo su incidencia de más de un 20% de animales afectados en 1963 a un 0,89% en 1998 y 0,75% en 1999. Aunque es notable el descenso de los porcentajes, tanto en cuanto a rebaños como en cuanto a animales positivos, la realidad es que se ha llegado en los últimos años a un punto de campaña de erradicación que podríamos considerar asintótico, y en el que se hace muy difícil avanzar. Entre las diversas razones a tener en cuenta, destacan las limitaciones de sensibilidad y especificidad de la intradermotuberculinización (IDTB), la propia ejecución y valoración de la misma, junto a otras como la diversidad de explotaciones, en particular la introducción en el saneamiento del ganado extensivo, la particular idiosincrasia del ganadero, etc. De este modo en los últimos años se viene detectando un fondo residual que si bien con carácter colectivo representa un apéndice de escasa importancia, su interés individual a nivel de explotación es extraordinario, como lo es igualmente cuando se considera el conjunto del objetivo de erradicación total. Llegados a este punto, al contrario de considerar al problema como "casi resuelto", tendremos que intensificar esfuerzos y crear nuevas estrategias desde una óptica más "integral` introduciendo alternativas complementarias que permitan lograr planteamientos realmente efectivos para que el problema no revierta a situaciones anteriores y lograr su control y erradicación completas en los primeros años del siglo XXI.

	Departamento de Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense (UCM). 111
	Servicio de Micobacterias (MYC). Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET). Universidad Complutense (UCM). 111