Tesis Doctoral defendida por Blanca Pérez Montero en el Centro VISAVET de la Universidad Complutense de Madrid

26 de abril de 2024

El estrés oxidativo, definido como un desequilibrio entre los agentes oxidantes y las fuerzas antioxidantes del organismo, se ha relacionado con múltiples patologías en la especie canina. Entre los biomarcadores más utilizados destacan el malondialdehído (MDA), metabolito de la peroxidación lipídica, la 8-hidroxi-2’-deoxiguanosina (8-OHdG), producto de la oxidación del ADN, y el ensayo del ácido 2,2’-azino-di-[3-etilbenzotiazol-6-sulónico] (ABTS) como indicador del estado antioxidante total (TAS). Si bien estos biomarcadores han demostrado valor clínico en perros, destaca la ausencia de intervalos de referencia (IR) establecidos. Por tanto, los objetivos de este trabajo fueron: determinar el IR de la concentración sérica de MDA, 8-OHdG y TAS en perros, evaluar la influencia de fuentes de variación biológica y de múltiples parámetros analíticos, y determinar las interferencias endógenas por hemólisis, ictericia y lipemia (HIL) en los ensayos.

Se seleccionó una población de 190 perros clínicamente sanos de tres procedencias: de tutores particulares, de la Policía Nacional y de un Centro de Protección Animal (CPA). Tras realizar un perfil hematológico y bioquímico, se determinó el valor de MDA mediante el ensayo de sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (TBARS), el de 8-OHdG mediante ELISA de competición y el de TAS mediante el ensayo colorimétrico del ABTS. Se siguieron diversas guías internacionales para el establecimiento de IR y para la determinación de los límites de interferencia por HIL. Para evaluar la influencia de fuentes de variación biológica y de parámetros analíticos se realizó un análisis univariable mediante pruebas no paramétricas y un análisis multivariable mediante la construcción de modelos de regresión lineal.

La población final de referencia fue de 144 perros (57 de particulares, 43 de la Policía y 44 del CPA). Los IR séricos establecidos fueron de 1,85 a 14,51 μM para el MDA; de 0,06 a 0,75 ng/mL para el 8-OhdG; y de 1,41 a 2,27 mmol/L para el TAS. Tras la consideración de criterios estadísticos y clínicos, se realizó una partición del IR en subgrupos en el caso del TAS (de 1,37 a 1,98 mmol/L para particulares; de 1,72 a 2,47 para perros policía; y de 1,39 a 2,31 mmol/L para el CPA).

El modelo de regresión para el MDA evidenció su asociación con el valor de 8-OHdG, en consonancia con los mecanismos bioquímicos del estrés oxidativo; con el colesterol, atribuido a fenómenos de peroxidación in vivo o in vitro; y con el recuento de monocitos, posiblemente relacionada con una fagocitosis de aductos de MDA. El modelo del 8-OHdG confirmó su asociación con el valor de MDA, y reveló su asociación con el valor de urea, posiblemente vinculado a la excreción renal. El modelo del TAS identificó un valor superior en los perros de la Policía, que podría explicarse por factores genéticos y ambientales; una asociación positiva con las fracciones proteicas (albúmina y globulinas), concordando con las características bioquímicas del ensayo y las funciones antioxidantes de los analitos; y una influencia positiva del colesterol por fenómenos de interferencia química o por una acción antioxidante lipoproteica. No se hallaron relaciones directas entre los biomarcadores y la edad o el tamaño del animal, posiblemente por la falta de linealidad entre el envejecimiento y el estrés oxidativo o por la heterogeneidad demográfica de la población. El estudio de interferencias reveló que los tres interferentes (HIL) inducen una desviación significativa del TBARS y el TAS, obedeciendo a diversas causas de interferencia química y espectral, e instando a descartar muestras con dichas alteraciones.

Este sería el primer trabajo en establecer IR de MDA, 8-OHdG y TAS en perros, así como en determinar interferencias endógenas y en caracterizar sus valores séricos conforme a múltiples factores biológicos y analíticos, favoreciendo así su interpretación e implementación en la práctica clínica.