Mauricio Alejandro Marchant Mella defendió este trabajo de investigación para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados

27 de junio de 2008

El uso indiscriminado de antimicrobianos tanto en medicina humana como en animales ha generado consecuencias que se expresan en la adquisición de resistencia por parte de los microorganismos, promoviéndose a través de intercambios genéticos ocurridos por conjugación, transformación y/o transducción. Hasta hace unas décadas las investigaciones de este tema estaban enfocadas en la habilidad de las bacterias para adquirir y diseminar genes vía elementos genéticos móviles como plásmidos y transposones. Sin embargo hoy en día no deja de lado a los estudios ya realizados, sino que los integra a los nuevos descubrimientos poniendo en evidencia la presencia de los integrones como principal responsable de la transmisión genética de resistencia y multirresistencia.
El término integrón o elemento de integración fue propuesto por Strokes y Hall en 1989, aunque la actual definición fue introducida en 1995 por Hall y Collins. Los integrones son una familia de elementos genéticos potencialmente móviles capaces de integrar y expresar genes de resistencia a los antibióticos entre otras propiedades poco estudiadas. A fines de la década de los 80 Stokes y Hall demostraron que las secuencias de ADN que delimitan las regiones con agentes de resistencia (región variable), presentan zonas conservadas, en un extremo 5´conservado (5´CS) y un extremo 3´conservado (3´CS).
El principal rol de los integrones es la diseminación de genes de resistencia a antibióticos en bacterias gram negativas y son comúnmente asociadas a la familia Enterobacteriaceae.
En este estudio se realizó la detección de Integrones utilizando cepas de E. coli aisladas de cerdos y aves sanos en los períodos 1998-1999 y 2006 respectivamente a través de la técnica PCR múltiple.
Los resultados preliminares muestran que los integrones clase 1 son más frecuentes en ambas especies animales (39% en aves (n=196) y 49% en cerdos (n=197)) que en personas (11,4%). Al mismo tiempo, el análisis de ambos períodos muestra diferentes tendencias; un escenario estable en aves (38% en 1998-1999 (n=100) verus 40,6% en 2006 (n=96)) y paradojalmente un descenso en cerdos (59% en 1998-1999 (n=100) versus 39% en 2006 (n=97)). Finalmente se observó estabilidad en la presencia de integrones clase 2 de Escherichia coli, siendo más frecuentes en cerdos (35% en 1998-1999 (n=100); y 43% en 2006 (n=97) que en aves (17% en 1998-1999 (n=100=; y 12,5% en 2006 (n=96)). Los integrones clase 3 no fueron detectados en ninguno de los 393 aislados estudiados.