Anoplocefalosis equina
Etiología
Cestodos intestinales pertenecientes a la familia Anoplocephalidae. Estos cestodos presentan una cabeza o escólex no armado con cuatro ventosas. Existen tres especies de Anoplocefálidos: Anoplocephala perfoliata, A. magna y A. mamillana. La más asociada a enfermedad clínica es Anoplocephala perfoliata, que suele localizarse en el intestino grueso alrededor de la válvula ileocecal.
Epidemiología
Los cestodos de la familia Anoplocephalidae presentan un ciclo biológico indirecto. Los ácaros oribátidos (Galumma spp) son los hospedadores intermediarios e ingieren los huevos de los cestodos que han sido eliminados en las heces de los caballos. Los huevos contienen la oncosfera hexacanta en su interior. El desarrollo de la oncosfera hasta cisticercoide (forma infectante para el hospedador definitivo) tiene lugar en la cavidad celómica del ácaro oribátido. Los caballos se infectan al ingerir el cisticercoide en pastos con ácaros oribátidos. El periodo prepatente varía de 6 a 16 semanas. La prevalencia de A. perfoliata está asociada con la tasa de pastoreo, el tipo de pasto y los climas templados.
Patogenia
Los ejemplares adultos de A. perfoliata se localizan principalmente en la válvula ileocecal; aunque también se pueden encontrar en el ciego, en el tercio distal del íleon y en el colon ventral. Las ventosas presentes en la cabeza de A. perfoliata producen una ulceración y una enteritis catarral debido a su fijación a la mucosa de la pared intestinal. Estas úlceras pueden contaminarse con el alimento ingerido y con la microflora intestinal pudiendo desencadenar una perforación o torsión intestinal y finalmente una peritonitis y muerte del animal.
Signos clínicos
El riego de patología aumenta con el número de parásitos existentes. Normalmente los caballos presentan diarrea recurrente, pérdida progresiva de peso y anemia secundaria a la cronicidad del proceso. A. perfoliata está asociada a cólico espasmódico e impactación en íleon. Otros signos clínicos más graves serían: cólico ileocecal, intususcepción de íleon y/o ciego y perforación y/o torsión cecal.
Diagnóstico
La técnica de diagnóstico más común es la visualización de los huevos de los parásitos adultos en el examen coprológico. Los huevos presentan forma de “D” y contienen el aparato piriforme con la larva hexacanta en su interior. Se han desarrollado tanto la técnica de flotación sencilla como la técnica de la doble centrifugación en la que se realiza una sedimentación seguida de una flotación. Sin embargo, son técnicas que conllevan mucho tiempo de desarrollo y que presentan una baja sensibilidad. Recientemente, se han descrito técnicas serológicas (ELISA) usando un antígeno del escólex y antígenos excretores/secretores de A. perfoliata. La ventaja del ELISA es que presenta una mayor sensibilidad y especificidad y se correlaciona con la intensidad de la infección.
Tratamiento
Existen pocos antihelmínticos con acción cestoicida. Se ha demostrado que la mejor terapia es la utilización conjunta de antihelmínticos (praziquantel combinado con ivermectina o moxidectina). El uso de Pamoato de Pirantel permanece en controversia ya que su aplicación a una dosis baja produce la expulsión de los segmentos grávidos del parásito, pero no del escólex, el cual permanece retenido en la pared intestinal.
Prevención y control
Existen dos formas de prevención y control. La primera consistiría en la aplicación del tratamiento cada 6 meses. La infección por A. perfoliata no se asocia a ninguna estación del año, pero sí a periodos prolongados de pastoreo, es por esto que sería coherente aplicar el tratamiento al final de dicho periodo. La segunda sería el envío al laboratorio una vez al año de muestras de heces o muestras de sangre para así conseguir un seguimiento de los caballos y el diagnóstico de aquellos que estén infectados. Otras medidas propuestas también serían la rotación de pastos, la retirada periódica de las heces de los caballos (poco factible en pastos comunales) y el pastoreo alternante con otras especies animales como los bovinos.
Consideraciones Salud Pública
No es una zoonosis ni una enfermedad de declaración obligatoria.
Referencias
- Equine Infectious Diseases. 2014 Elsevier Inc. ISBN: 978-1-4557-0891-8