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Ficha de la enfermedad
Enfermedad
Enteropatía proliferativa equina

Agente
Lawsonia intracellularis
 Acrónimo: L. intracellularis
 Tipo: Bacteria
 Familia: Desulfovibrionaceae
 Género: Lawsonia

Signos clínicos
Fiebre Cólico Diarrea Anorexia Depresión Malabsorción Hipoalbuminemia Hipoproteinemia Edema en cuello Edema en extremidades Edema en región ventral Retraso en el crecimiento

Enteropatía proliferativa equina
Figura 1. Potro. License CC-BY 4.0.


Enteropatía proliferativa equina

Etiología

Lawsonia intracellularis es una bacteria intracelular obligatoria, Gram negativa, con forma de bacilo curvado y no flagelada. Crece preferentemente en el citoplasma de las células epiteliales del intestino causando la denominada enteropatía proliferativa.


Epidemiología

L. intracellularis es un patógeno que afecta principalmente a los cerdos, causando la enteropatía proliferativa, pero puede afectar a otros mamíferos como caballos, perros, ratas, conejos, etc. Está ampliamente distribuida en el mundo y en las últimas décadas se considera que la enteropatía proliferativa equina (EPE) es emergente en caballos. La enfermedad suele aparecer en potros destetados menores de 12 meses de edad, aunque ocasionalmente puede darse en caballos adultos, siendo lo normal es que estos no sufran la enfermedad y actúen como portadores. La principal vía de transmisión es fecal-oral. En las heces y fómites contaminados este microorganismo es capaz de vivir al menos 14 días a temperatura ambiente. Los principales reservorios animales para los caballos parecen ser animales portadores crónicos, principalmente roedores, aves, conejos y también gatos, perros, etc.


Patogenia

La patogenia de la EPE no es bien conocida. La enfermedad se caracteriza por el engrosamiento de la mucosa intestinal provocado por una proliferación de los enterocitos, aunque se desconoce el mecanismo por el que se produce esta. Una vez en el interior del hospedador L. intracellularis invade las células epiteliales intestinales a través de una vacuola de entrada, se multiplica, rompe la célula y disemina a través de las células hasta que son eliminadas y depositadas sobre las microvellosidades intestinales o entre las criptas. La infección se extiende a todo el intestino, pero principalmente a íleon, yeyuno distal, ciego y colon, causando hiperplasia de las células infectadas, dando lugar a un proceso de proliferación intensivo.
El periodo de incubación es de 7 a 14 días.  Por lo general se trata de una enfermedad autolimitante, aunque puede ser crónica. Parece ser que factores como el estrés, cambio de dieta, destete, otras enfermedades concomitantes, etc. pueden desencadenar el desarrollo de la EPE.


Signos clínicos

Los signos y síntomas clínicos asociados a la EPE son muy variables  incluyendo fiebre, anorexia, depresión, pérdida de peso, retraso en el crecimiento, malabsorción, edemas en la zona ventral, del cuello o extremidades, diarreas y cólicos. En ocasiones los caballos son asintomáticos y se consideran portadores subclínicos. Es característico que los caballos presenten hipoproteinemia e hipoalbuminemia. Otras alteraciones hemáticas que pueden presentarse son anemia, hemoconcentración, leucocitosis o neutropenia.


Diagnóstico

Desde el punto de vista clínico, la enteropatía proliferativa es difícil de diagnosticar debido a la ausencia de signos específicos o la ausencia total de ellos.
La aparición de síntomas clínicos compatibles, hipoproteinemia, hipoalbuminemia, y zonas engrosadas del intestino delgado (determinada por ultrasonido) puede hacer sospechar de esta patología. El cultivo es complicado y se necesitan líneas celulares al ser un microorganismo intracelular. También se puede llevar a cabo la observación microscópica mediante el uso de tinciones especiales (Warthin-Starry) en las que se observan pequeños bacilos curvados dentro del citoplasma apical de los enterocitos. La mejor opción es confirmar la presencia de L. intracellularis mediante PCR en muestras de raspado o biopsia intestinal o heces recientes. La PCR en heces es útil para confirmar cuándo hay sospecha, pero puede ser positivo en animales que excreten la bacteria pero que no hayan desarrollado la enfermedad y se pueden dar falsos negativos cuando el animal está enfermo pero ya no excreta dicho microorganismo o está dentro de células intestinales y no lo detectamos.
Los métodos directos se han de combinar con los indirectos, encaminados a determinar la presencia de anticuerpos en sangre. Las técnicas serológicas más utilizadas son el ensayo de inmunoperoxidasa monocapa (IPMA),  el ELISA, o la inmunofluorescencia indirecta (IFI).
Las principales lesiones observadas son no patognomónicas: dilatación de intestino, hemorragias, hipertrofia de mucosa intestinal con surcos transversales profundos, hiperplasia de enterocitos de las criptas con numerosas mitosis y ausencia o disminución de las células productoras de mucus. Mediante la tinción de cortes histológicos con sales de plata pueden observarse numerosos microorganismos intracelulares con una forma curva característica, localizados normalmente en el citoplasma apical de las células epiteliales de la cripta, pero este método no es específico para L. intracellularis y no siempre permite detectar al organismo entre los restos necróticos o el tejido autolisado.


Tratamiento

Los animales con síntomas leves pueden recuperarse sin tratamiento. De existir debe iniciarse lo antes posible e incluir terapia antimicrobiana con  macrólidos como la eritomicina  a los que puede añadirse rifampicina, doxiciclina, cloranfenicol u oxitetraciclina. Además, se debe acompañar de una terapia de mantenimiento con fluidos intravenosos, trasfusiones de plasma, nutrición parenteral y fármacos para evitar la aparición de úlceras.


Prevención y control

Se desconocen muchos aspectos sobre la transmisión de L. inracellularis en caballos, por lo que es difícil tomar medidas de prevención. Parece ser que los roedores y aves pueden ser fuente de contagio (a través de sus heces), por lo que el control sobre estos animales puede ser una medida preventiva. También se han de eliminar las heces de caballos infectados y separarles del resto de la manada. Por último  se debe incidir en adecuadas medidas de bioseguridad e higiene.
No existe vacuna autorizada para su uso en caballos, pero si existe una para cerdos que se ha usado en ocasiones en esta especie animal.


Consideraciones Salud Pública

La EPE no es una enfermedad zoonósica. No hay que tener ninguna precaución especial en relación a la Salud Pública.


Referencias