Tétanos
Etiología
El tétanos es una enfermedad zoonósica aguda, producida por las exotoxinas (tetanoespamina) de Clostridium tetani (o bacilo de Nicolaier) perteneciente a la Familia Clostridiaceae. C. tetani es una bacteria gram positiva, catalasa negativa, anaerobia y con capacidad para formar endosporas terminales esféricas de mayor tamaño que la célula vegetativa, las cuales son muy resistentes al calor y los antisépticos. Son generalmente móviles gracias a la presencia de flagelos perítricos.
Epidemiología
C. tetani tiene distribución mundial, afectando tanto a personas como animales, siendo especialmente susceptibles los équidos. La bacteria se localiza en el suelo y en el estiércol, estando ligada la enfermedad a zonas donde existen explotaciones de producción intensiva. Las condiciones de temperatura y humedad suaves, así como los suelos de pH neutro, favorecen la supervivencia del microorganismo. Las endosporas son muy resistentes a las condiciones ambientales y pueden ser infectivas durante periodos de hasta 40 años. La mortalidad en équidos varía ampliamente entre regiones siendo, en general, elevada (50-80%), especialmente en países en desarrollo donde la vacunación preventiva no suele practicarse.
Patogenia
La transmisión se produce generalmente por la inoculación accidental de las esporas mediante elementos cortantes o punzantes contaminados o por la mordedura de animales y rara vez, por la picadura de insectos. También puede provocarse la infección por el contacto de heridas abiertas con tierra, polvo, heces u objetos contaminados. Las heridas profundas son especialmente idóneas para la multiplicación de la bacteria por la mayor probabilidad de crear las condiciones de anaerobiosis necesarias para la bacteria. C. tetani produce tetanoespasmina y tetanolisina. La tetanolisina causa daños tisulares, reduciendo el potencial redox y favoreciendo las condiciones para la proliferación de la bacteria. La tetanoespasmina se une de forma irreversible a los receptores de las neuronas motoras, bloqueando las señales nerviosas a la musculatura, originando parálisis espástica con espasmos musculares dolorosos. En el caso de existir septicemia se ven afectados diversos grupos musculares, siendo característico la afectación de los músculos de la mandíbula y la cara. El periodo de incubación oscila entre 24 horas y los 54 días, siendo el promedio de 14 días y variando dependiendo de la cercanía entre la lesión y el sistema nervioso central.
Signos clínicos
La infección se caracteriza por la aparición de una parálisis espástica descendente, con signos clínicos asociados a los músculos de la mandíbula y cara produciendo el denominado trismo y risa sardónica, por la contracción bilateral y sostenida de los músculos maséteros, produciendo dificultades en la deglución e hipersalivación. Posteriormente la parálisis de extiende al cuello y miembros anteriores originando dificultad en la marcha (“caballo de madera”). Los espasmos pueden a ser de gran intensidad produciendo desgarros musculares y arqueamiento de la columna vertebral (opístotonos). Se produce, además, un incremento de la temperatura corporal y debilidad general por el excesivo gasto de energía, lo que origina postración. Suele existir sudoración profusa, hiperestesia, fotofobia e hiperacusia.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico, aunque los signos no son siempre patognomónicos y pueden confundirse con intoxicaciones por estricnina o meningitis. Debería realizarse un diagnóstico diferencial con fractura vertebral cervical, osteomielitis cervical, cólico, pleuritis, laminitis, meningitis o miopatías. Si se conocen antecedentes de heridas en équidos con signos clínicos puede aumentar la sospecha de que padezca tétanos.
Tratamiento
El tratamiento de un équido con tétanos incluye la administración de antibióticos parenterales (penicilina G, cloranfenicol, metronidazol, piperalizina, imipenem), suero antitetánico (55000 UI cada 24 h durante 3 días), sedantes y relajantes musculares. Además, se debe contemplar una terapia de apoyo para asegurar el correcto mantenimiento de todos los sistemas orgánicos potencialmente afectados por la enfermedad, como es el sistema gastrointestinal, así como el mantenimiento del estado de hidratación y las necesidades energéticas basales del équido. En caso de existir herida se debe desbridar de forma quirúrgica y aplicarse agentes oxidantes que inactiven la bacteria. El équido debe permanecer en un ambiente oscuro, silencioso y lo más aislado posible.
Prevención y control
Existe una vacuna con toxoide tetánico efectiva. Si el équido no ha sido vacunado esta debe aplicarse cuanto antes. Se suele aplicar una primera dosis de toxoide tetánico y una segunda dosis de refuerzo 3-4 semanas después. Deben aplicarse nuevos refuerzos a los 6 meses y al año. Las yeguas gestantes se deben vacunar 4-6 semanas antes de la fecha prevista de parto para asegurar la presencia de anticuerpos en el calostro. Los potros de madres vacunadas deben ser inmunizados a los 4-5 meses y si la madre no estaba vacunada o se desconoce a los 3-4 meses siguiendo posteriormente el protocolo de refuerzo.
Existe además la posibilidad de administrar la antitoxina (suero antitetánico) de manera preventiva previamente a una cirugía; por ejemplo, una castración, pero se han publicado casos de enfermedad de Theiler, que cursa con hepatitis, por contaminación de la antitoxina con parvovirus equino.
Consideraciones Salud Pública
El tétanos es una zoonosis. El hombre puede infectarse al contaminarse las heridas abiertas con las esporas de Clostridium tetani que los équidos u otros herbívoros diseminan a través de sus heces en el ambiente. La transmisión persona-persona no se produce. El riesgo de contraer la infección en el laboratorio es bajo, pero podría producirse por inoculación accidental o por la exposición de heridas abiertas. Por tanto, son necesarias correctas prácticas de higiene y evitar el contacto de heridas con material potencialmente contaminado, así como el empleo de equipos de protección individual. Existe una vacuna efectiva para humanos recomendada por el sistema nacional de salud, especialmente para trabajadores con actividades de riesgo.
Referencias
- Hanif H. et al., 2015. Isolation and antibiogram of Clostridium tetani from clinically diagnosed tetanus patients. Am. J. Trop. Med. Hyg. 93 (4):752-756. doi: 10.4269/ajtmh.
- Ribeiro MG. et al., 2018. Tetanus in horses: an overview of 70 cases. Pesq. Vet. Bras. 38 (2): 285-293.
- Gracner D. et al., 2015. A twenty-year retrospective study of tetanus in horses: 42 cases. Veterinarski Archiv. 85 (2). 141-149.
- Boletín Veterinario de Intervet. Año 1, Numero 6 Mayo-Junio. 2004. Salud Animal de Pequeñas Especies: Ni un solo caballo debería morir de tétanos.
- van Galen G. et al., 2017. Retrospective evaluation of 155 adult equids and 21 foals with tetanus from Western, Northern ad Central Europe (2000-2014). Part2: prognostic assessment. Journal of Veterinary Emergency and Critical Care. 27 (6): 697-706.
- Aguayo MJ. Tétanos en equinos. Universidad de las Américas.