Leptospirosis
Etiología
La leptospirosis es una enfermedad causada por bacterias del género Leptospira. Son espiroquetas Gram negativas, aerobias estrictas, de forma helicoidal, flageladas y móviles. Este género está integrado por dos especies: Leptospira interrogans (que comprende las formas patógenas) y Leptospira biflexa (para las formas de vida libre o saprófitas). Estas especies a su vez, se dividen en serogrupos y serovares. Dentro de L. interrogans se distinguen más de 218 serovariedades y 23 serogrupos.
Epidemiología
La leptospirosis está distribuida por todo el mundo, principalmente en zonas tropicales y subtropicales húmedas. La enfermedad puede afectar a mamíferos domésticos y salvajes, reptiles, anfibios y al hombre. Los caballos se consideran hospedadores accidentales de la enfermedad. La principal fuente de infección es través de la orina de animales infectados, asintomáticos y portadores, generalmente de pequeños mamíferos como los roedores. La transmisión también puede ser indirecta a través de materiales contaminados como agua, forrajes, pastos, saliva, semen, leche, vectores (moscas, mosquitos) tejidos postparto, etc. Por otra parte, Leptospira también puede transmitirse de manera vertical, a través de la placenta, y vía venérea.
Patogenia
Leptospira se introduce al organismo principalmente a través de la piel o las mucosas y tras el periodo de incubación (de 4 a 10 días) se disemina por el organismo a través de la sangre a distintos órganos: hígado, riñones, pulmones, líquido cefalorraquídeo, ojo, glándulas mamarias y tracto reproductor (placenta). En caso de tratarse de una hembra gestante invaden al feto, donde producen alteraciones orgánicas similares a las de los adultos.
En caballo la leptospirosis generalmente cursa con abortos y uveítis, aunque pueden producirse también fallos renales, hepáticos y sistémicos. Se considera que el aborto se produce debido a las lesiones endoteliales sistémicas, que también se presentan en los placentomas e impiden la transferencia de nutrientes y metabolitos entre la madre y el feto. La uveítis o iridociclitis de los equinos se debe a una reacción de hipersensibilidad de tipo II, debido a una relación antigénica de las leptospiras con la superficie de la córnea y el cristalino.
Signos clínicos
La mayoría de las veces, la enfermedad en los equinos se manifiesta inicialmente con síntomas inespecíficos (anorexia, depresión, fiebre, debilidad muscular) y en algunos casos ictericia y petequias en mucosas, además de anemia hemolítica.
La leptospirosis en yeguas preñadas puede producir abortos (normalmente a partid de la mitad de la gestación), nacimientos prematuros, muertes neonatales y nacimiento de potros no viables. La placenta puede aparecer engrosada, edematosa y hemorrágica.
También es frecuente en caballos la uveítis, también conocida como oftalmía periódica, uveítis recurrente o ceguera lunar, que suele ser recurrente o persistente y puede desarrollarse meses o años tras la infección.
La leptospirosis sistémica no es frecuente en équidos. Cuando se produce puede producir septicemia acompañada de fiebre, debilidad, anorexia, letargia e ictericia y, en ocasiones, la muerte. Si el animal sobrevive se produce un proceso infeccioso en el riñón y puede darse lugar a nefrosis hemoglobinúrica y anemia cuando la hemólisis es intensa.
Diagnóstico
El diagnóstico de la leptospirosis depende de la combinación de una buena historia clínica y de técnicas laboratoriales específicas y sensibles.
El diagnóstico indirecto (detección de anticuerpos frente a Leptospira) es lo más frecuente, debido a las dificultades que presenta la detección directa de estos patógenos. Se realiza, principalmente, mediante técnicas de ELISA y MAT (prueba de aglutinación microscópica) a partir de suero u otras muestras como humor acuoso. La prueba diagnóstica de referencia es el MAT, en el que se enfrenta la muestra a una suspensión antigénica de leptospiras.
Respecto a las técnicas de detección directa se puede realizar la visualización directa en microscopio, cultivo del microorganismo, inmunofluorescencia directa y PCR, entre otras. Las muestras de elección son orina, sangre, líquido cerebroespinal, leche, tejidos, etc.
Para llevar a cabo el cultivo de las leptospiras es necesario contar con medios especiales, es una técnica poco sensible y lenta, por lo que actualmente se ha sustituido por técnicas moleculares que detectan del ADN de dichos microorganismos, como la PCR, muy sensible y aplicable a gran cantidad de muestras.
Finalmente en la necropsia en la forma aguda de la enfermedad es común encontrar signos de anemia, ictericia, hemoglobinuria y hemorragias submucosas y subserosas. Desde el punto de vista histológico, existe nefritis intersticial difusa y focal, necrosis hepática centrolobulillar y, en algunos casos, lesiones vascular en meninges y cerebro. Los fetos abortados y la placenta están edematosos y en avanzado estado de autolisis o putrefacción.
Tratamiento
El tratamiento de la leptospirosis depende de la localización y severidad de los signos clínicos y de si el animal está en fase aguda o crónica de la enfermedad.
Algunos antimicrobianos recomendados en caballos son dehidroestreptomicina, penicilina, esterptomicina, oxitetraciclina y eritromicina. En ocasiones se administra terapia de soporte que incluye fluidoterapia y furosemida.
En los casos de uveítis se recomienda gentamicina además agentes midriáticos y antiinflamatorios.
Prevención y control
La prevención y el control de la enfermedad se basan en: medidas de manejo, vacunación y uso adecuado de antibióticos.
Las medidas de manejo van encaminadas a tratar de eliminar cualquier fuente de infección e incluyen limitar la exposición a aguas que puedan estar contaminadas, evitar el contacto de los animales susceptibles con los infectados y los roedores, desratizar, aislar animales infectados, aplicar medidas correctas de higiene y desinfección, etc.
Actualmente no existen vacunas frente a leptospiras autorizadas para su uso en caballos aunque en ocasiones se usan bacterinas (bacterias muestras por calor o formol).
Consideraciones Salud Pública
Leptospira es una bacteria zoonósica, que puede causar en el hombre enfermedad grave, incluso la muerte. Las fuente de infección a humanos más frecuente es mediante el contacto directo o indirecto con orina de animales infectados, por lo que la mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar dicho contacto. Especialmente deben tener cuidado población de riesgo: veterinarios, granjeros, matarifes, cazadores, etc. que deben extremar medidas de protección (guantes) y medidas de higiene y desinfección.
Referencias
- https://thehorse.com/126846/leptospirosis-what-is-it/
- https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378113513002150?via%3Dihub
- http://www.oie.int/fileadmin/Home/esp/Health_standards/tahm/2.01.12_Leptospirosis.pdf
- Equine Infectious Diseases. 2014 Elsevier Inc. ISBN: 978-1-4557-0891-8.