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Ficha de la enfermedad
Enfermedad
Leptospirosis

Sinónimos
Ictericia de Weil Enfermedad de Weil

Agente
Leptospira interrogans
 Acrónimo: L. interrogans
 Tipo: Bacteria
 Familia: Leptospiraceae
 Género: Leptospira

Signos clínicos
Aborto Anemia Muerte Fiebre Ceguera Lagrimeo Anorexia Uveítis Letargia Cataratas Fotofobia Sinequias Ictericia Septicemia Depresión Conjuntivitis Coriorretinitis Edema de córnea Anemia hemolítica Muertes neonatales Edema de párpados Debilidad muscular Nacidos prematuros Nacimiento de potros no viables Alteración en la coloración del iris

Leptospirosis
Figura 1. Imagen microscópica de leptospiras. Dominio público.


Leptospirosis
Figura 2. Uveitis recurrente equina. CC BY-SA 3.0. Christian Muellner.


Leptospirosis
Figura 3. Rata parda (Rattus norvegicus). Reservorio habitual de Leptospira. CC BY-SA 2.0. Dluogs.


Leptospirosis

Etiología

La leptospirosis es una enfermedad causada por bacterias del género Leptospira. Son espiroquetas Gram negativas, aerobias estrictas, de forma helicoidal, flageladas y móviles. Este género está integrado por dos especies: Leptospira interrogans (que comprende las formas patógenas) y Leptospira biflexa (para las formas de vida libre o saprófitas). Estas especies a su vez, se dividen en serogrupos y serovares. Dentro de L. interrogans se distinguen más de 218 serovariedades y 23 serogrupos.


Epidemiología

La leptospirosis está distribuida por todo el mundo, principalmente en zonas tropicales y subtropicales húmedas. La enfermedad puede afectar a mamíferos domésticos y salvajes, reptiles, anfibios y al hombre. Los caballos se consideran hospedadores accidentales de la enfermedad. La principal fuente de infección es través de la orina de animales infectados, asintomáticos y portadores, generalmente de pequeños mamíferos como los roedores. La transmisión también puede ser indirecta a través de materiales contaminados como agua, forrajes, pastos, saliva, semen, leche, vectores (moscas, mosquitos) tejidos postparto, etc. Por otra parte, Leptospira también puede transmitirse de manera vertical, a través de la placenta, y vía venérea.


Patogenia

Leptospira se introduce al organismo principalmente a través de la piel o las mucosas y tras el periodo de incubación (de 4 a 10 días) se disemina por el organismo a través de la sangre a distintos órganos: hígado, riñones, pulmones, líquido cefalorraquídeo, ojo, glándulas mamarias y tracto reproductor (placenta). En caso de tratarse de una hembra gestante invaden al feto, donde producen alteraciones orgánicas similares a las de los adultos.
En caballo la leptospirosis generalmente cursa con abortos y uveítis, aunque pueden producirse también fallos renales, hepáticos y sistémicos. Se considera que el aborto se produce debido a las lesiones endoteliales sistémicas, que también se presentan en los placentomas e impiden la transferencia de nutrientes y metabolitos entre la madre y el feto. La uveítis o iridociclitis de los equinos se debe a una reacción de hipersensibilidad de tipo II, debido a una relación antigénica de las leptospiras con la superficie de la córnea y el cristalino.


Signos clínicos

La mayoría de las veces, la enfermedad en los equinos se manifiesta inicialmente con síntomas inespecíficos (anorexia, depresión, fiebre, debilidad muscular) y en algunos casos ictericia y petequias en mucosas, además de anemia hemolítica.
La leptospirosis en yeguas preñadas puede producir abortos (normalmente a partid de la mitad de la gestación), nacimientos prematuros, muertes neonatales y nacimiento de potros no viables. La placenta puede aparecer engrosada, edematosa y hemorrágica.
También es frecuente en caballos la uveítis, también conocida como oftalmía periódica, uveítis recurrente o ceguera lunar, que suele ser recurrente o persistente y puede desarrollarse meses o años tras la infección.
La leptospirosis sistémica no es frecuente en équidos. Cuando se produce puede producir septicemia acompañada de fiebre, debilidad, anorexia, letargia e ictericia y, en ocasiones, la muerte. Si el animal sobrevive se produce un proceso infeccioso en el riñón y puede darse lugar a nefrosis hemoglobinúrica y anemia cuando la hemólisis es intensa.


Diagnóstico

El diagnóstico de la leptospirosis depende de la combinación de una buena historia clínica y de técnicas laboratoriales específicas y sensibles.
El diagnóstico indirecto (detección de anticuerpos frente a Leptospira) es lo más frecuente, debido a las dificultades que presenta la detección directa de estos patógenos. Se realiza, principalmente, mediante técnicas de ELISA y MAT (prueba de aglutinación microscópica) a partir de suero u otras muestras como humor acuoso. La prueba diagnóstica de referencia es el MAT, en el que se enfrenta la muestra a una suspensión antigénica de leptospiras.
Respecto a las técnicas de detección directa se puede realizar la visualización directa en microscopio, cultivo del microorganismo, inmunofluorescencia directa y PCR, entre otras. Las muestras de elección son orina, sangre, líquido cerebroespinal, leche, tejidos, etc.
Para llevar a cabo el cultivo de las leptospiras es necesario contar con medios especiales, es una técnica poco sensible y lenta, por lo que actualmente se ha sustituido por técnicas moleculares que detectan del ADN de dichos microorganismos, como la PCR, muy sensible y aplicable a gran cantidad de muestras.
Finalmente en la necropsia en la forma aguda de la enfermedad es común encontrar signos de anemia, ictericia, hemoglobinuria y hemorragias submucosas y subserosas. Desde el punto de vista histológico, existe nefritis intersticial difusa y focal, necrosis hepática centrolobulillar y, en algunos casos, lesiones vascular en meninges y cerebro. Los fetos abortados y la placenta están edematosos y en avanzado estado de autolisis o putrefacción.


Tratamiento

El tratamiento de la leptospirosis depende de la localización y severidad de los signos clínicos y de si el animal está en fase aguda o crónica de la enfermedad.
Algunos antimicrobianos recomendados en caballos son dehidroestreptomicina, penicilina, esterptomicina, oxitetraciclina y eritromicina. En ocasiones se administra terapia de soporte que incluye fluidoterapia y furosemida.
En los casos de uveítis se recomienda gentamicina además agentes midriáticos y antiinflamatorios.


Prevención y control

La prevención y el control de la enfermedad se basan en: medidas de manejo, vacunación y uso adecuado de antibióticos.
Las medidas de manejo van encaminadas a tratar de eliminar cualquier fuente de infección e incluyen limitar la exposición a aguas que puedan estar contaminadas, evitar el contacto de los animales susceptibles con los infectados y los roedores, desratizar, aislar animales infectados, aplicar medidas correctas  de higiene y desinfección, etc.
Actualmente no existen vacunas frente a leptospiras autorizadas para su uso en caballos aunque en ocasiones se usan  bacterinas (bacterias muestras por calor o formol).


Consideraciones Salud Pública

Leptospira es una bacteria zoonósica, que puede causar en el hombre enfermedad grave, incluso la muerte. Las fuente de infección a humanos más frecuente es mediante el contacto directo o indirecto con orina de animales infectados, por lo que la mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar dicho contacto. Especialmente deben tener cuidado población de riesgo: veterinarios, granjeros, matarifes, cazadores, etc. que deben extremar medidas de protección (guantes) y medidas de higiene y desinfección.


Referencias