Artículo de divulgación publicado en Porci

1 de enero de 2004

Lopez G., Aguayo S., Moreno MA., Sanchez-Vizcaino JM. y Dominguez L..

Las necesidades actuales de consumo de nuestra sociedad han favorecido los sistemas intensivos donde se trabaja con altas densidades, con los consecuentes riesgos de aparición de enfermedades. A lo largo de los años se han venido utilizando diferentes productos médico-veterinarios, bien con un fin terapéutico o como simples medidas de profilaxis, cuyo uso y aplicación se tiende a regular y reducir actualmente con el fin de evitar la aparición de resistencias, abaratar los costes de producción y por último y no por ello menos importante, como una medida de prevención del posible impacto que dichos medicamentos pueden producir en el medio ambiente al que se incorporan en los eslabones finales de la cadena productiva. El desarrollo de nuevas alternativas que permitan reducir o eliminar su utilización a lo largo de los procesos de producción supone un avance y una mejora tanto en los sistemas ganaderos como en el entorno natural. Un estudio sobre el desarrollo y aplicación de una autovacuna en cuya composición se encuentran dos de la bacterias de mayor prevalencia dentro de las explotaciones porcinas (Streptococcus suis y Pasteurella multocida) utilizadas como medida de prevención e inmunoprofilaxis, nos va a permitir observar cómo se puede reducir el consumo de agentes antimicrobianos tradicionalmente empleados como los B-lactámicos, las tetraciclinas o los aminoglicósidos.

	Departamento de Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense (UCM).
	Servicio de Zoonosis de Transmisión Alimentaria y Resistencia a Antimicrobianos (ZTA). Servicio de Inmunología Viral y Medicina Preventiva (SUAT). Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET). Universidad Complutense (UCM).