Evaluación del riesgo

La evaluación del riesgo

El pilar de la práctica de la bioseguridad es la evaluación del riesgo.


Existen muchas herramientas para ayudar a evaluar el riesgo que comporta un procedimiento o un experimento, pero el componente más importante es el juicio profesional.


Las evaluaciones del riesgo deben ser efectuadas por las personas que mejor conozcan las características peculiares de los organismos con los que se va a trabajar, el equipo y los procedimientos que van a emplearse, los modelos animales que pueden utilizarse y el equipo y los medios de contención disponibles.


El director o su jefe delegado en bioseguridad del laboratorio es el responsable de asegurar que se realicen de modo oportuno las evaluaciones del riesgo más apropiadas y de colaborar estrechamente con el comité de seguridad y el personal de bioseguridad de la institución con el fin de velar por que se disponga del equipo y los medios apropiados para el trabajo que esté previsto llevar a cabo.


Una vez terminadas, las evaluaciones del riesgo deben ser consultadas periódicamente y revisadas cada vez que sea preciso, teniendo en cuenta la obtención de nuevos datos que tengan alguna influencia en el grado de riesgo y toda nueva información pertinente que aparezca en las publicaciones científicas.


Asignación a grupos de riesgo

Una de las herramientas más útiles de que se dispone para llevar a cabo una evaluación del riesgo microbiológico es la asignación de los agentes microbiológicos a uno de los grupos de riesgo. Sin embargo, la mera consulta del grupo de riesgo a que pertenece cierto agente no basta para realizar una evaluación del riesgo.


Otros factores que hay que tener en cuenta, según proceda, son los siguientes:


  1. La patogenicidad del agente y la dosis infectiva.
  2. El resultado potencial de la exposición.
  3. La vía natural de infección.
  4. Otras vías de infección, derivadas de manipulaciones en el laboratorio (parenteral, aérea, por ingestión).
  5. La estabilidad del agente en el ambiente.
  6. La concentración del agente y el volumen del material concentrado que va a manipularse.
  7. La presencia de un huésped apropiado (personas o animales).
  8. La información disponible procedente de estudios en animales y de notificaciones de infecciones adquiridas en el laboratorio o de informes clínicos.
  9. La actividad prevista en el laboratorio (tratamiento con ultrasonidos, producción de aerosoles, centrifugación, entre otras).
  10. Toda manipulación genética del microorganismo que pueda ampliar su gama de huéspedes o su sensibilidad a los regímenes terapéuticos eficaces conocidos
  11. Disponibilidad local de intervenciones profilácticas o terapéuticas eficaces.

En base a la información obtenida durante la evaluación de riesgos, se podrá asignar un nivel de bioseguridad al trabajo previsto, seleccionar el equipo de protección apropiado para el personal, y elaborar procedimientos normalizados de trabajo.


Evaluación de riesgos y muestras con información limitada

El procedimiento de evaluación del riesgo descrito anteriormente funciona bien cuando se dispone de información suficiente. Sin embargo, en algunas situaciones no hay información suficiente para llevar a cabo una evaluación apropiada de los riesgos, como ocurre con las muestras clínicas o epidemiológicas recogidas sobre el terreno.


En esos casos, conviene que la manipulación de las muestras se realice con prudencia.


  1. Deben adoptarse precauciones normalizadas y emplearse protecciones de barrera (guantes, batas, protección ocular) cada vez que se obtengan muestras de pacientes.
  2. Las prácticas y los procedimientos básicos de contención del nivel de bioseguridad 2 deben ser el requisito mínimo para la manipulación de muestras.
  3. El transporte de muestras debe respetar las normas y reglamentos nacionales o internacionales.
  4. Utilizar toda la información que ayude a determinar el riesgo que entraña manipular esas muestras (Datos médicos sobre el paciente, datos epidemiológicos (datos de morbilidad y mortalidad, presunta vía de transmisión, brotes), información sobre el origen geográfico de la muestra).