El síndrome de Noé: amor en contra de los animales

La Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de los Animales del Ayuntamiento de Madrid dispone, en su capítulo I, articulo 4, que la tenencia de animales de compañía en los domicilios particulares está autorizada siempre que las condiciones de su alojamiento lo permitan, y quede garantizada la ausencia de riesgos higiénico-sanitarios para su entorno. El propietario del animal/es deberá proporcionarle un alojamiento y condiciones adecuadas, necesarias para su normal desarrollo. En el supuesto de perros y gatos, el número total de animales no excederá de cinco sin la correspondiente autorización.

Cuando nos encontramos personas que acumulan compulsivamente animales, hasta el punto de no poder atenderlos de forma adecuada, probablemente hayamos topado con un caso del llamado “Síndrome de Noé”. Este síndrome está considerado como una variante del síndrome de Diógenes: desorden mental consistente en la acumulación en el domicilio de ingentes cantidades de basura u otros objetos sin finalidad aparente.

El “acaparador” de animales se define como alguien que falla a tres niveles:

  1. No provee a los animales de unos mínimos estándares nutricionales y sanitarios.
  2. No actúa ante el progresivo deterioro de la condición de los animales y el ambiente.
  3. No es consciente de los efectos negativos para su propia salud.

No existe apenas bibliografía sobre este tema, aunque diversas fuentes estiman que un 2% de la población puede llegar a sufrir Diógenes o Noé. La mayoría de los casos reportados suelen ser mujeres (76%), de las que más de la mitad son mayores de 60 años y viven solas (solteras, viudas o divorciadas). En más del 60% de los casos los animales afectados eran perros y gatos.

Entre las posibles causas se sugiere un trastorno delirante, dado que estas personas manifiestan una especial habilidad para entender y empatizar con sus animales, creyendo erróneamente que sus animales tienen todo lo necesario para su bienestar. Otros investigadores explican el problema desde un modelo basado en la adicción, ya que estos individuos comparten ciertos patrones de comportamiento con toxicómanos: preocupación por los animales, negación del problema, excusas de comportamiento, manías persecutorias… Algunos hablan de traumas de infancia, teniendo en cuenta la incapacidad de establecer relaciones sociales con otras personas, y volcando por tanto sus necesidades afectivas en los animales. Otros hablan de trastorno obsesivo compulsivo, pérdida de un ser querido…

SEVEMUR ha recogido en varias ocasiones animales a personas que sufren este trastorno, siendo testigos del mal estado sanitario de los animales, y a sabiendas de que el problema vas mucho más allá de un simple cumplimiento o no de una normativa. El problema para estas personas no se soluciona retirándole los animales, máxime cuando la tasa de recaída es de al menos un 50%; pero la retirada se hace necesaria para poder socorrer a los animales y reconducir su vida hacia una nueva , buscándoles familias que los quieran de manera incondicional pero saludable para todos.

Darío Cabañes Rodríguez Darío Cabañes Rodríguez

SEVEMUR. VISAVET-UCM

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