Leishmaniosis

El Servicio Veterinario de Urgencia SEVEMUR, recoge animales perdidos o abandonados, con especial atención a los enfermos y heridos, en la Ciudad de Madrid. Si no fuese posible la devolución a la propiedad en el momento de la recogida, o no estuviera el animal debidamente identificado, se traslada al Centro de Protección Animal (CPA).

En estos casos es imprescindible un correcto diagnóstico inicial de cualquier proceso infectocontagioso, para proteger a la colectividad de los animales del CPA, salvaguardando los protocolos zoo-sanitarios del Centro, y así minimizar el impacto negativo que determinados procesos patológicos tienen tanto a nivel de Sanidad Animal como de Salud Pública. Su control es de vital importancia en un lugar como el CPA, donde se acumulan gran cantidad de animales, principalmente perros y gatos. Ejemplos de estas enfermedades son la leishmaniosis, parvovirosis, rinotraqueitis infecciosa felina, giardiasis…)

La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica causada por protozoos del género Leishmania que afecta principalmente a perros y a humanos. Existe una gran variedad de especies animales que actúan como reservorio, entre las que se encuentran roedores, gatos e incluso las aves. Aunque la leishmaniosis felina es menos frecuente, su incidencia parece haber aumentado en los últimos años.

En España la especie de Leishmania más prevalente es Leishmania infantum, y la transmisión se realiza a través de la picadura de la hembra de mosquitos del género Phlebotomus, aunque recientemente se ha descrito la transmisión vertical, de madres a hijos. El periodo de actividad del mosquito es de mayo a octubre, en la temporada de calor, aunque en las zonas más cálidas de España encontramos mosquitos prácticamente todo el año.

Como decía antes, el gato es reservorio de esta enfermedad (Maroli et al., 2007). Se han ido describiendo esporádicamente casos de leishmaniosis en gatos en prácticamente todos países en los cuales la leishmaniosis canina es endémica (España, Portugal, Francia, Italia, Grecia). Estamos hablando de decenas de casos desde su aparición en España en 1933, una cifra que seguro es muy inferior al número de gatos infectados. Cabe recalcar que un 73% de los casos publicados se daban en animales con inmunidad comprometida (infección con retrovirus, tratamientos inmunosupresores, neoplasias, etc.). Muy probablemente, el sistema inmunitario del gato sano es capaz de controlar la infección por este parásito, bien eliminándolo o bien manteniéndolo en un estado crónico sub-clínico. (Leiva et al., 2005). Tal sería el caso de los humanos donde es muy improbable que una persona sana pueda desarrollar los síntomas de esta enfermedad y el riesgo aumenta en caso de que la persona sufra alguna inmunodeficiencia grave.

Las manifestaciones más habituales de la leishmaniosis en el perro son dérmicas: alopecias sobre todo alrededor de los ojos, orejas y la nariz y heridas que no curan especialmente en la cabeza y las patas, en las áreas donde el perro está en contacto con el suelo al tumbarse o sentarse. Aparece un aumento de tamaño de los linfonódulos y un crecimiento exagerado de las uñas (onicogriposis), también se observa caquexia, atrofia muscular, letargia… La enfermedad va avanzando dando lugar a un deterioro sistémico del animal y conduce finalmente a la muerte.

lesioes auriculares

Onicogriposis

SEVEMUR actúa en la medida de lo posible como primera barrera defensiva para evitar la entrada o la propagación de esta enfermedad, entre otras, en el CPA. Y lo hace en primera instancia a partir de la sintomatología que muestran los animales. El problema es que es muy poco probable registrar una buena anamnesis dado que se trata de animales perdidos o abandonados, y los síntomas no son patognomónicos aunque hay veces que dan una idea bastante próxima al cuadro clínico.

La UCM, a través del Centro VISAVET ha realizado, entre otros, el estudio epidemiológico de la leishmaniosis sobre el colectivo de perros y gatos recogidos de la vía pública, e ingresados en el CPA durante el año 2013 y 2014. Dicho estudio incluye la prevalencia así como los patrones de agrupación espacio-temporales y los factores de riesgo (edad, sexo, raza, etc.) de la infección en la población objeto de estudio (resultados pendientes publicación). SEVEMUR participa activamente realizando la toma de muestras, que consiste en la obtención de sangre por venopunción en la vena cefálica. El diagnóstico es realizado por personal del Instituto de Salud Carlos III mediante Inmunofluorescencia Indirecta (IFI), determinándose la presencia de anticuerpos anti-Leishmania infantum en el suero.

Los datos de prevalencia de Leishmania descritos en la bibliografía en la Comunidad de Madrid son en torno al 7-8%, con áreas en la zona oeste con seroprevalencia de hasta el 15% (Torrelodones). También se ha descrito que factores como raza, sexo y edad influyen, siendo de mayor riesgo el Pastor Alemán y el Boxer, perros machos, y perros de 1 a 3 años y a partir de los 8 años de edad.

Vivimos en una zona en la que los perros se encuentran en riesgo permanente de contraer la enfermedad, y la proliferación de mosquitos por el cambio climático elevan el número de perros infectados. El período de incubación de la leishmaniosis puede variar entre 3 y 18 meses, aunque la enfermedad puede permanecer latente varios años. Esto hace que perros aparentemente sanos puedan estar incubando la enfermedad y transmitiéndola. Es por ello aconsejable realizar análisis anuales para poder determinar si el animal es portador del parásito.

Darío Cabañes Rodríguez Darío Cabañes Rodríguez

SEVEMUR. VISAVET-UCM

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